La barbarie de los asesinos se evidencia muy en particular en la muerte que dieron al obispo de la diócesis, de la que se trata extensamente en el documental.
Dos notas contextuales de la España republicana:
-Decreto de 24 de agosto de 1936. Crea los tribunales populares, con atribuciones para juzgar delitos de rebelión y atentados contra la seguridad del Estado (abrió las puertas a una farsa jurídica que apenas disimulaba la voluntad de matar al ‘enemigo’, con pruebas o sin ellas).
-Decreto del Ministerio de Instrucción Pública de 27 de julio de 1936. Ordena la incautación de la propiedad de los colegios y edificios sacros que hubiesen tenido relación directa o indirecta con el alzamiento (dio pie a toda clase de desmanes, y tanto las iglesias y conventos como los colegios de la Iglesia fueron ocupados).
Estas aberraciones jurídicas propiciaron el baño de sangre que se produciría hasta fines de 1936.
Una memoria histórica respetuosa con la VERDAD no puede ignorar estas realidades.
En el ambiente preguerracivilista alimentado por el reflexivo PS, no está de más asomarse al pasado y VER lo que ocurrió. Esto que verás son verdades como puños y explican por qué la República perdió la Guerra Civil y por qué los países no contaminados por el comunismo le volvieron la espalda.
La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) y la Tribuna de Opinión Internacional La Clave tienen el gusto de invitarles a participar del lanzamiento del libro: Garabatos Poemáticos II escrito por el Ph.D. José Manuel Castellano Gil (+) con prólogo de la Ph. D. Jacqueline Murillo Garnica.
La presentación de la obra se realizará el día jueves 4 de abril de 2024 a las 15h00 Ecuador-22h00 España mediante la plataforma Zoom.
Cuando acometí el comienzo de las tareas que culminarían en la publicación de este texto, no podía imaginar que, a su término, mi familia –bendecida ya por Dios con dos hijos maravillosos, Alejandro y Josemaría- iba a ser enriquecida con otro miembro cuya llegada acogimos con inmensa ilusión. A él –que lleva el nombre de Juan Manuel-, a sus hermanos y a Diana, mi compañera y esposa, dedico el fruto de un trabajo que fue llevado a cabo gracias a la generosidad del Gobierno del Ecuador, que me concedió una beca Prometeo.
No olvido tampoco a mi padre que, desde la atalaya de su avanzada edad, siguió con cercanía y con amor los avatares de sus hijos ‘ecuatorianos’. Aunque ya no esté con nosotros, sigue en nuestros corazones, y su recuerdo constituye un estímulo constante para perseverar en el trabajo investigador, sin que me importen poco ni mucho las críticas ineludibles de quienes, acomodados en unas poltronas académicas a las que llegaron tras prolongados ejercicios de lambisconería, velan siempre por la corrección política y la ‘ortodoxia’ de cuanto se habla o se escribe.
El trabajo que ahora sale a la luz fue patrocinado por el Programa Prometeo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de la República del Ecuador; se llevó a cabo en el seno del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), se revisó en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, Sede Ibarra (PUCE-SI), y se finalizó en la Universidad Técnica del Norte (Ibarra).
Las opiniones expresadas en este texto son de exclusiva responsabilidad del autor, que no ha aceptado someterse a las pautas que se quisieron imponer desde el IAEN, y que tampoco encontró acogida ni facilidades para la investigación en las otras dos instituciones citadas. En efecto, ninguna de ellas mostró el más mínimo ni remoto interés por su publicación.
Ni la PUCE-SI ni la UTN facilitaron en ningún momento la tarea investigadora, que hubo de ser llevada a cabo casi a escondidas: como suele decirse en el argot policial, “con nocturnidad y alevosía”; casi pidiendo perdón cuando se solicitaban permisos para viajes fuera de Ibarra para la consulta de archivos y bibliotecas.
Por desgracia, esa incomprensión no es patrimonio exclusivo de esas dos universidades, afecta a la inmensa mayoría de los centros superiores de enseñanza del Ecuador. Aunque duela decirlo, si aparentan interés y apoyo a las tareas investigadoras, la única finalidad que se persigue para exhibir esa gestualidad complaciente es satisfacer requisitos para las acreditaciones que periódicamente las ponen contra las cuerdas.
Por eso hay que leer el libro para sublevarse ante la penosa indiferencia de las universidades, decantadas tristemente hacia los saberes ‘prácticos’; ancladas en unas pautas interpretativas convencionales; cerradas a cuanto cuestione la verdad oficial y ‘patriótica’, y ajenas a los mecanismos de que se sirven las tradiciones orales para construir las memorias históricas.
Si añadimos a esto el hecho de que los estudios de Historia están ausentes de casi todas las universidades ecuatorianas, y que los escritos de pensadores y políticos del siglo XIX continúan siendo la referencia principal para quienes quieren adentrarse en el pasado ecuatoriano, comprenderemos que hay que andarse con mucho cuidado y tiento para no perderse en los vericuetos de un camino sembrado de tópicos manidos.
Como ocurre también en México, la mayoría de los historiadores han magnificado la participación de las poblaciones indígenas en los procesos independentistas, cuando la realidad es que se mantuvieron indiferentes en su mayoría, y si tomaron partido por uno u otro bando se debió a razones coyunturales y estratégicas, como la supresión del tributo indígena.
Como ocurre también en México, la historia ecuatoriana se ha entretenido en la recreación de héroes y villanos, ángeles y demonios, en una exhibición de simplismo y manipulación de la realidad histórica. Por apuntar sólo algunos nombres, podríamos citar a Benito Juárez y Eloy Alfaro en el panteón de los dioses, y a Antonio López de Santa Ana y Gabriel García Moreno entre los bellacos.
Lo expresado hasta aquí nos mueve a proclamar con contundencia que la historia ‘nacional’ ecuatoriana, tal y como nos la han contado en la gran mayoría, en absoluto sirve para comprender el presente. Y debería estar concebida con ese propósito.
No entraré en la valoración del adjetivo ‘nacional’ aplicado a la historia, porque esa discusión nos llevaría muy lejos. Me limito a recomendar una lectura atenta de los capítulos 2, 6 y 7.
En cuanto al modo en que se ha contado esa historia ‘nacional’ en los textos escolares de las últimas décadas del siglo XX y de los primeros años del XXI. Aunque poco a poco va mejorando la calidad de esos textos escolares de historia, lo publicado hasta ahora es manifiestamente mejorable: no sólo por la escasa solvencia de muchas de las fuentes utilizadas, sino por el poco cuidado en la elaboración de muchos de ellos, que incluso reproducen errores de bulto. Sus autores, personas honorables y serias, se vieron afectados muchas veces por las urgencias impuestas por sus editoriales, que les impidieron una lectura crítica de los manuscritos, que hubiera ahorrado la aparición de no pocos disparates.
Mucho más tendría que decir, pero si lo hago puedo quedarme sin lectores. Les dejo esa tarea y les ruego indulgencia.
Ficha bibliográfica: Ferrer Muñoz, Manuel, La historia ‘nacional’ ecuatoriana ¿Un ornamento inútil o la clave para la comprensión del presente?, Cuenca, Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, 2024
Faltan escasamente tres días para la presentación de este libro (La historia ‘nacional’ ecuatoriana: ¿Un ornamento inútil o la clave para la comprensión del presente?), que, de seguro levantará ampollas. Así se deduce de la propia génesis de la investigación que, gracias a la generosidad de la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, será accesible online a partir del miércoles, 20 de marzo, desde las 16 horas en Ecuador, las 22 en España.
El trabajo que ahora sale a la luz fue patrocinado por el Programa Prometeo de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de la República del Ecuador; se llevó a cabo en el seno del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), se revisó en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, Sede Ibarra (PUCE-SI), y se finalizó en la Universidad Técnica del Norte (Ibarra).
Las opiniones expresadas en este texto son de exclusiva responsabilidad del autor, que no ha aceptado someterse a las pautas que se quisieron imponer desde el IAEN, y que tampoco encontró acogida ni facilidades para la investigación en las otras dos instituciones citadas. En efecto, ninguna de ellas mostró el más mínimo ni remoto interés por su publicación.
Y, sin embargo, ¡hay que leer el libro para sublevarse ante la penosa indiferencia de esas universidades, decantadas tristemente hacia los saberes ‘prácticos’ y ancladas en unas pautas interpretativas convencionales y cerradas a cuanto cuestione la verdad oficial y ‘patriótica’!
Por eso vale la pena que quienes puedan accedan al acto de presentación, el día y la hora arriba indicados, a través de la plataforma Zoom, con el siguiente enlace: https://cedia.zoom.us/j/81747308178.
Próximamente tendrá lugar el lanzamiento del libro La historia ‘nacional’ ecuatoriana: ¿Un ornamento inútil o la clave para la comprensión del presente? del PhD. Manuel Ferrer Muñoz, con prólogo del PhD. Luis Carlos Castillo y presentación de la Dra. Ruth Moya Torres.
Dicho evento tendrá lugar el día miércoles 20 de marzo de 2024 a las 16h00 de Ecuador, 22h00 España peninsular a través de la plataforma Zoom con el siguiente enlace: https://cedia.zoom.us/j/81747308178
Hemos querido recoger en el blog dos enlaces a noticias sobre la reciente aparición de Las dos Izquierdas (Debate), de Jorge G. Castañeda y Joel Ortega Juárez, que se presentó el sábado 24 de febrero en la Librería Porrúa del Bosque de Chapultepec:
En lo personal me gustaría añadir que me honro con la amistad de Joel, quien me cautivó hace ya tiempo por la sinceridad y la honradez con que siempre ha sabido mantener sus convicciones políticas, profundamente arraigadas desde aquel mayo de 1968 que vivió en primera persona y recordó en un libro memorable, Adiós al 68. Sólo lamento que habiendo coincidido durante nueve años en la Universidad Nacional Autónoma de México, no nos conociéramos hasta casi veinte años después.
Joel es una de las pocas voces autorizadas para desenmascarar la farsa de muchos actores contemporáneos de la política mexicana, autoproclamados de izquierdas. Su valentía para reprobar el autoritarismo y las incoherencias en la gestión política de López Obrador, actual y esperpéntico presidente de la República, le ha pasado factura y se ha visto excluido en medios de comunicación con los que llevaba colaborando largo tiempo.
Felicidades, Joel, y ya sabes: ¡no quites el dedo del renglón, por mucho que pretendan presionarte!
Las estridentes y artificiales carcajadas en el Congreso de Diputados del presidente de Gobierno del Reino de España –una manifiesta falta de educación y de respeto a la oposición parlamentaria- y las risas del ministro de Agricultura, metido de lleno en la campaña electoral de Galicia cuando agricultores y ganaderos han tomado carreteras y ciudades en protesta por la insoportable situación en que los han emplazado las políticas gubernamentales, nos invitan a preguntarnos con Benedetti: ¿señor ministro, de qué se ríe?
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En una exacta foto del diario, señor ministro del imposible, vi -en pleno gozo y en plena euforia y en plena risa- su rostro simple. Seré curioso, señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe.
De su ventana se ve la playa pero se ignoran los cantegriles, tienen sus hijos ojos de mando pero otros tienen mirada triste. Aquí en la calle suceden cosas que ni siquiera pueden decirse; los estudiantes y los obreros ponen los puntos sobre las íes. Por eso digo, señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe.
Usté conoce, mejor que nadie, la ley amarga de estos países. Ustedes duros con nuestra gente, por qué con otros son tan serviles. Cómo traicionan el patrimonio mientras el gringo nos cobra el triple. Cómo traicionan usté y los otros los adulones y los seniles. Por eso digo, señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe.
Aquí en la calle sus guardias matan y los que mueren son gente humilde, y los que quedan llorando rabia seguro piensan en el desquite. Allá en la celda sus hombres hacen sufrir al hombre y eso no sirve. Después de todo, usté es el palo mayor de un barco que se va a pique. Seré curioso, señor ministro, de qué se ríe, de qué se ríe.